El líder norcoreano, Kim Jong-un, anunció planes para aumentar significativamente la producción de ojivas nucleares y desarrollar un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) en respuesta a las amenazas a la seguridad del país asiático que provienen de Estados Unidos y Corea del Sur. 

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Kim acusó a Corea del Sur de «pregonar abiertamente los preparativos para la guerra» y ve en sus vecinos del sur a su «indudable enemigo», según informa la agencia norcoreana KCNA. 

En su discurso, el líder norcoreano también aseguró que tanto Estados Unidos como Corea del Sur están apuntando a su Gobierno.

Prometió que su país lanzaría el primer satélite militar y desarrollaría un nuevo tipo de misil balístico intercontinental, que podría usarse para lanzar una ojiva a Estados Unidos.

Corea del Norte probó un sistema de cohetes de lanzamiento múltiple súpergrande (MLRS) con capacidad nuclear en la mañana del día de Año Nuevo, según los medios estatales, un día después de que el líder Kim se uniera a una ceremonia para entregar armas a los jefes militares.

En total se lanzaron tres proyectiles que impactaron con precisión en su objetivo con el fin de demostrar su eficacia en el combate. Posteriormente, al amanecer del 1 de enero, Pyongyang disparó otro proyectil con su lanzacohetes.

El 31 de diciembre se celebró la ceremonia de presentación oficial del lanzacohetes, en la que Kim Jong-un pronunció un discurso.

Kim afirmó que los nuevos sistemas de lanzacohetes múltiples poseen «una alta capacidad para superar condiciones de terreno complicadas, una gran maniobrabilidad y capacidad para realizar un lanzamiento sorpresa y preciso de múltiples cohetes». 

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